¿Cómo liderar con humildad y no morir en el intento?

Los buenos líderes se enfrentan a decenas de retos todos los días, para encontrar el equilibrio entre comunicar y escuchar, delegar y controlar, trabajo individual o en equipo, toma de decisiones consensuada o dirigida, analizar o actuar, hacer seguimiento o dejar libertad, motivar o permitir que cada quien se autogestione, dar o recibir, arriesgar o ir a lo seguro, y así sucesivamente. Uno de estos dilemas que vamos a analizar es hasta donde el líder debe ser humilde sin perder el respeto, es decir sin pasarse al otro lado.

Al hablar en público, una muestra de humildad es permitir a la gente que se exprese, haga preguntas y se relaje, todo dentro de un orden y respeto mutuo.

Más importante ser líder que la imagen:

Se suele decir que el buen líder no necesita fanfarronear para demostrarlo. El más inteligente no requiere humillar a los demás con su conocimiento para demostrar que sabe. El ganador no necesita restregar sus logros ante el vencido. La persona arrogante y orgullosa no termina de ver más allá de su nariz y estará propensa a caerse y quedarse sola. Cuando sales a hablar en público debes primero sentirte capaz de hacerlo antes que intentar mostrar una imagen adusta que inspire respeto.

Cuestión de generosidad y entrega:

La humildad es un atributo de los más grandes líderes que conoces o has escuchado. Porque detrás de la humildad está presente un alma generosa que pone por encima de su ego el bienestar colectivo. El humilde nunca detiene su crecimiento porque reconoce haber llegado a una cumbre pero no a su destino final. El humilde se brinda al servicio de las personas con apertura y cercanía. Ser humilde al hablar en público te acercará con tu audiencia.

No degradarse ni humillarse:

Pero al humildad tiene un límite, impuesto por cada persona de acuerdo con sus necesidades. La humildad no te debe llevar a bajar tu autoestima y humillarte ante las injusticias, creyendo que te lo mereces o que no mereces más. La humildad en el líder no debe insinuar a su público que le pueden pisotear, que le falta carácter, que es débil, que les permite un libertinaje y el desorden.

La humildad llega cuando le faltan el respeto o se le falta a si mismo. Al hablar en público debes permitir que la gente se exprese pero con respeto.

Ser genuino:

Ser humilde es un sentimiento y expresión que sale del interior de la persona en forma genuina.

La humildad no se puede disfrazar de una falsa modestia para engañar a incautos. Se es humilde porque se conoce su poder y no se deja que la vanidad supere al valor existente. Se es humilde porque se reconoce en todos los seguidores y compañeros un valor y una diferencia. No se es humilde cuando se asume el rol y el teatro para demostrarse sencillo y ganar la favorabilidad externa.

Dispuesto a compartir:

El líder humilde esta dispuesto a compartir sus conocimientos y experiencias con las personas.

Porque no depende su poder y liderazgo en guardar secretos o esconder información. Esto sólo le traerá perjuicios a su gente, a si mismo y a la empresa que representa. Ser humilde no significa parar de crecer, y por el contrario es el mejor síntoma de que reconoce que no ha llegado a su tope ni a su máximo rendimiento. Cuando des una conferencia entrega todo tu conocimiento y experiencia sin guardarte nada.

Lejos de la vanidad:

La vanidad es uno de los peores males del líder, porque centra en su ser las miradas, para que lo alaben, perdiendo la sensibilidad para detectar los cambios y los peligros, reforzar y motivar a su equipo para que se mantenga en su camino. La vanidad magnífica una imagen falsa, llena de debilidades, lo cual lleva al líder a perder conexión con su equipo. Estar orgullo de si mismo refuerza su autoestima, pero ser vanidoso en extremo eleva una burbuja que se puede explotar en cualquier momento. Tu actitud al hablar en público debe ser cercana y relajada, nunca vanidosa y superior.

El líder debe encontrar el equilibrio perfecto para mostrar su genuina humildad con sus seguidores, sin que les lleve a faltarte el respeto, en cuyo evento deberás ser igual de firme y claro, sin temor al qué dirán, que es una de las falencias en el crecimiento personal. Recuerda que el líder debe lidiar todo el tiempo con la búsqueda de equilibrio ante los diferentes restos que se le plantean, como el ser humilde sin perder el respeto.

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